S. Juan Pablo II instituyó la Solemnidad de la fiesta de la Divina Misericordia el segundo domingo de Pascua, en la que podemos recibir gracias sobrenaturales, si se lo pedimos al Corazón de Jesús. En estos momentos de sufrimiento por la pandemia, recemos junto con toda la Iglesia la súplica especial de esta imagen sagrada: «Jesús en ti confió»